miércoles, 3 de octubre de 2007

Frida



La tercera hija de Guillermo Kahlo, un fotógrafo judío-alemán cuya familia era originaria de Oradea en Rumania, y de Matilda Kahlo, mestiza mexicana, Magdalena Carmen Frida Kahlo y Calderón nació en el Coyoacán, al sur de Ciudad de México, en 1907. A pesar de ello Frida decía haber nacido en 1910, año del inicio de la Revolución Mexicana, porque quería que su vida comenzara con el México moderno. Este detalle nos muestra su singular personalidad, caracterizada desde su infancia por un profundo sentido de la independencia y la rebelión contra los hábitos sociales y morales ordinarios, movida por la pasión y la sensualidad. Orgullosa de su mexicanidad y de su tradición cultural se enfrentó a la reinante americanización. Todo ello mezclado con un peculiar sentido del humor.









Su vida quedó marcada por el sufrimiento físico que comenzó con la polio que contrajo en 1910 y continuó con diversas enfermedades, lesiones, accidentes y operaciones. Esta primera enfermedad le dejó una secuela permanente: una pierna derecha mucho más delgada que la izquierda.





En 1922 entró en la Escuela Nacional Preparatoria de México D.F., la más prestigiosa institución educativa de México la cual empezaba por primera vez a admitir no sólo a chicos, para tomar clases de dibujo y modelado. Allí sus travesuras la convirtieron en la cabecilla de un grupo mayoritariamente formado por chicos rebeldes con los que realizó innumerables tropelías en la escuela teniendo generalmente como víctimas a sus profesores. Fue precisamente en esta escuela donde entraría en contacto con su futuro marido, el conocido muralista mexicano Diego Rivera, a quien le había sido encargado pintar un mural en el auditorio de la escuela.










En 1925 aprendió la técnica del grabado con Fernando Fernández. El 17 de septiembre de ese mismo año un accidente de autobús la dejó con lesiones permanentes debido a que su columna vertebral quedó fracturada así como diversas costillas y la pelvis, su pie derecho se dislocó quedando machacado, su hombro se descoyuntó y un manillar le atravesó desde el estómago hasta la pelvis. La medicina de su tiempo la torturó con operaciones quirúrgicas (32 a lo largo de toda su vida), corsés de distintos tipos y diversos mecanismos de “estiramiento”.

El aburrimiento que le provocaba su postración la llevó a empezar a pintar: en 1926, todavía en su convalecencia, pinto su primer autorretrato, el primero de una larga serie en la cual expresaría los eventos de su vida y sus reacciones emocionales ante los mismos. La mayoría de sus pinturas las realizaría estirada en su cama sin embargo su gran fuerza y energía por vivir le permitieron una importante recuperación.









Tras esa recuperación, que le devolvió la capacidad de caminar, una amiga íntima la introdujo en los ambientes artísticos de México donde se encontraban, entre otros, la conocida fotógrafa, artista y comunista u>Tina Modotti (la fotografa revolucionaria, que vendría a España durante la Guerra Civil para luchar por la República) y Diego Rivera.

Con este último se casó el 21 de agosto de 1929. Su matrimonio consistió en amor, aventuras con otras personas, vínculo creativo, odio y un divorcio en 1940 que solamente duró un año. Al matrimonio lo llegaron a llamar la unión entre un elefante y una paloma pues Diego era enorme y muy gordo mientras que ella era pequeña y delgada. Por otra parte; Frida, debido a sus lesiones, nunca pudo tener hijos, cosa que tardó muchos años en aceptar.

A pesar de las aventuras de Diego con otras mujeres (que llegaron a incluir a la propia hermana de la pintora), él la ayudó en muchos aspectos. Influida por la obra de su marido, adoptó el empleo de zonas de color amplias y sencillas plasmadas en un estilo deliberadamente ingenuo. Al igual que Rivera, quería que su obra fuera una afirmación de su identidad mexicana y por ello recurría con frecuencia a técnicas y temas extraídos del folklore y del arte popular de su país. Más adelante, la inclusión de elementos fantásticos, claramente introspectivos, la libre utilización del espacio pictórico y la yuxtaposición de objetos incongruentes realzaron el impacto de su obra, que llegó a ser relacionada con el movimiento surrealista. Él fue quien le sugirió a Frida que se vistiera con el traje tradicional mexicano consistente en largos vestidos de colores y joyería exótica. Esto, junto a su semblante cejijunto, se convirtió en su imagen de marca. Él amaba su pintura y fue también su mayor admirador. Frida, a cambio, fue la mayor crítica de Diego y el amor de su vida.









La creciente reputación de Rivera en los Estados Unidos los llevó entre 1931 y 1934 a pasar la mayor parte del tiempo en Nueva York y Detroit.

Entre 1937 y 1939 León Trotski vivió acogido en su casa de Coyoacán junto a su mujer. Allí Frida tendría un romance con el líder comunista para, tras su asesinato a manos del español Ramón Mercader, ser acusada como complice del mismo. Esto la llevó a estar arrestada pero finalmente fue dejaba en libertad cosa que ocurrió de igual modo con su marido.









En 1938 el poeta y ensayista del surrealismo André Bretón califica su obra de surrealista en un ensayo que escribe para la exposición de Kahlo en la galería Julien Levy de Nueva York. No obstante, ella misma declara más tarde: "Creían que yo era surrealista, pero no lo era. Nunca pinté mis sueños. Pinté mi propia realidad".

Sus cuadros representan fundamentalmente su experiencia personal: los aspectos dolorosos de su vida, que transcurrió en gran parte postrada en una cama, son narrados a través de una imaginería gráfica. Expresa la desintegración de su cuerpo y el terrible sufrimiento que padeció en obras como La columna rota (1944), en la que aparece con un aparato ortopédico de metal y con el cuerpo abierto mostrando una columna rota en lugar de la columna vertebral. Su dolor ante la imposibilidad de tener hijos lo plasma en Hospital Henry Ford (1932), en la que se ve a un bebé y varios objetos, como un hueso pélvico y una máquina, diseminados alrededor de una cama de hospital donde yace mientras sufre un aborto. Otras obras son: Unos cuantos piquetitos (1935), Las dos Fridas (1939) y Sin esperanza (1945).

En 1939 expone en París en la galería Renón et Collea gracias a Breton. Su estancia en la capital francesa la llevó a relacionarse con Picasso y a aparecer en la portada del "Vogue" francés. Por entonces Frida era conocida en el mundo entero. Todos la querían, salvo los sectores reaccionarios, por supuesto.









A partir de 1943 dio clases en la escuela La Esmeralda del México D.F.

En la primavera de 1953 la Galería de Arte Contemporáneo de esta misma ciudad le organizó, por primera vez, una importante exposición. La salud de Frida era muy mala por entonces y los médicos le prohibieron el asistir a la misma. Minutos después de que todos los invitados se encontraran en el interior de la galería se empezaron a oír sirenas desde el exterior. La muchedumbre enloquecida se dirigió al exterior, allí estaba una ambulancia acompañada de una escolta en motocicleta. Frida Kahlo había sido llevada a su exposición en una cama de hospital. Los fotógrafos y los periodistas se quedaron impresionados. Ella fue colocada en el centro de la galería. La multitud fue a saludarla. Frida contó chistes, cantó y bebió la tarde entera. La exhibición había sido un éxito rotundo.

Ese mismo año le tuvieron que amputar la pierna por debajo de la rodilla debido a una infección de gangrena. Esto la sumió en una gran depresión que le llevó a intentar el suicidio en un par de ocasiones.









Murió en Coyoacán el 13 de julio de 1954. No se realizó ninguna autopsia. El día de su entierro, el féretro de Frida fue cubierto con la bandera roja del Partido Comunista, del que Diego y Frida eran militantes.

Sus últimas palabras en su diario fueron: “Espero que la marcha sea feliz y espero no volver”.

Cuatro años más tarde, su casa familiar se convirtió en el Museo Frida Kahlo.

Varios museos le han dedicado retrospectivas: el Instituto Nacional de Bellas Artes del ciudad de México (1977), el Museo de Arte Contemporáneo de Chicago (1980) y la Whitechapel de Londres (1982).









Frida Kahlo fue una pionera cuya vida se movió siempre entre la tragedia y el éxito. Fue una mujer libre en todas las facetas de su vida, siendo su compromiso político y social inseparable de su arte, y es con seguridad la artista latinoamericana más importante del siglo XX.



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