miércoles, 11 de julio de 2007

La Fe y las casas; parte 2

Como construir nuevas casas.
Sumida en mis cabilaciones trataba de recordar cual es el problema que nos afecta a los católicos hoy en día y porque cada vez se nos van más los creyentes, cuando por esas cosas de la vida me encontré con un ex compañero de curso de 7º básico en la micro, recuerdo muy bien que en su época era un desordenado, roto con los profes, mal educado y un insoportable con las mujeres, hoy se subió todo caballero a la micro y sin pensarlo mucho se sentó junto a mi. Hablamos de los muchos recuerdos que teníamos juntos en la escuela y de todas las tallas, de Daniel y de el curso completo. Después de un rato me atreví a preguntar... ¿Oye y que te pasó que estás tan cambiado? a lo que él me respondió; Na' lo que pasa es que vi a Dios.
Esta respuesta gatillo en que me contase que pertenecía ahora a una comunidad evangelica y que le habían mostrado a Dios. Entendí claramente que estaba bañado de ese espíritu lindo como es el gozo del amor.
Cuando me baje de la micro recordé lo que hace dos días compartir con uds. eso de la fe y las casas, y ahora puedo pensar un poco y darme cuenta que es en estos casos donde tengo un buen ejemplo para uds.
No se si han escuchado ese tema que cantamos comúnmente en las misas que dice; "Ven y sígueme, no esperes más, yo junto a ti siempre estaré, no importa que palabras tengas que decir yo por tu boca hablaré..."
Quizá se preguntan que tiene que ver, pues bien, acá es donde yo suelto mis dedos. Un poco tiene que ver el como vamos a construir nuestra casa, la casa de fe. Muchas veces ya la tenemos construida y solo nos falta hecharle esa infaltable y nunca demás "manito de gato" para que aquellos que queremos conquistar con el amor de Dios se entusiasmen también.
¿Pero que pasa cuando ya tenemos todo para enganchar a este cristiano y no sabemos como empezar?
Sabemos que el constructor hace la casa sobre cimientos que deben estar perfectamente nivelados y que la casa de esta forma será firme y buena... Bueno, ahí es donde estamos nosotros en el corazón de ese cristiano, que le falta tan poquito para creer, ¡solo la casa!. Nosotros, catequistas, sacerdotes, guias y todos los que nos dedicamos a atraer gente a la iglesia tenemos esa labor, la de ser albañiles de un cristiano.
Nuestra fe se basa en como queremos que otros la vean y es ahí donde partimos, es ahí donde somos albañiles de las fe de otros. No es tan difícil si nos lo proponemos y se que con un poco de esfuerzo podremos darle un giro carismático a eso.
Pensemos que hubieron cuantos ejemplos, a lo largo de la historia, que tubieron la fuerza suficiente para entregarnos ese empujón o nos ayudaron a construir la fe, porque la catequista pudo ser la vieja más pesada de la época pero sin embargo y gracias a ella estamos aquí, ¿No lo creen?. Ahora nosotros podemos convertirnos en ese recuerdo del que todos sentiremos más adelante, porque podemos construir con no mucho esfuerzo la fe de otros que les servirá más y más. La pregunta es la de siempre pero con otras palabras; ¿Nos atrevemos?
Nunca es tan difícil, la misma canción lo dice; No temas que palabras tengas que decir YO POR TU BOCA HABLARE. Que mayor ejemplo que este, saber que vamos a construir mucho, y sabemos poco pero el está para darnos ese entendimiento.
¡Que lindo es saber que estamos y que aún podemos hacer algo y ya lo hacemos cuando solo entregamos esa sonrisa cada mañana y cuando sin más nos damos cuenta de que hubieron dos o tres que se dieron cuenta de eso y que les sirvió como cimiento para comenzar a construir su casa!
Quizá está más claro decir que somos el cemento... pero creo que no es lo correcto... porque somos lo que ayudamos, el material es nuestro Jefe... porque está con nosotros por siempre.

¡Dejémonos llevar por ese amor pastocito de Dios... vengan que es lindo!

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